Las cuentas nacionales de salud son una herramienta poderosa para medir sistemáticamente el gasto en salud e informar la toma de decisiones en política de salud. Este capítulo proporciona información contextual sobre “Un Sistema de Cuentas de Salud”, el marco internacional para medir el gasto en salud de manera comparable. Se presentan los conceptos clave de este marco contable, que se estructura en torno a tres ejes: el financiamiento de la salud, el uso de los servicios y la provisión de atención sanitaria. Finalmente, el capítulo introduce el resto de esta publicación.
Buenas prácticas en la institucionalización de las cuentas de salud

1. Introducción
Copy link to 1. IntroducciónResumen
En la OCDE, los países destinan importantes recursos al tratamiento de enfermedades y a la mejora de la salud de la población. En promedio, el gasto en salud representa más del 9 % del producto interior bruto (PIB) de un país de la OCDE o alrededor del 15 % de su presupuesto público (OECD, 2024[1]). Por tanto, el seguimiento del destino de estos recursos financiero y de su movilización es fundamental para tomar decisiones fundamentadas en materia de políticas de salud. Para alcanzar este objetivo, muchos países crearon “cuentas nacionales de salud” (CNS) para monitorear y analizar el gasto en salud en un contexto nacional a lo largo de los últimos decenios, que en algunos casos se extiende ya a más de 50 años o más. No obstante, la comparabilidad internacional de los resultados de estas cuentas nacionales de salud fue, inicialmente, limitada.1
En este contexto, en el año 2000, la OCDE publicó Un sistema de cuentas de salud (SCS) (OECD, 2000[2]) como conjunto de instrumentos y marco estadístico estándar, que toma prestados muchos conceptos de las cuentas nacionales y se basa en un conjunto de límites, clasificaciones clave y categorías comúnmente acordados para que los países identifiquen y analicen el gasto en salud de forma sistemática e internacionalmente comparable. En 2003, el Banco Mundial, la OMS y la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) desarrolló una guía del productor de CNS con una aplicación especial para los países de ingreso medio y bajo (World Bank/WHO/USAID, 2003[3]), que complementó el SCS. En 2011, tras un proceso de examen de cuatro años dirigido conjuntamente por la OCDE, la OMS y Eurostat, la Oficina de Estadística de la Comisión Europea, se publicó una versión revisada del marco (Un Sistema de Cuentas de Salud 2011 (SCS 2011)) como estándar universal para las cuentas de salud (OECD/WHO/Eurostat, 2011[4]). Desde 2016, la recopilación anual por parte de la OCDE, la OMS y Eurostat de los datos sobre gasto en salud y financiamiento de la salud (denominado Cuestionario Conjunto de Cuentas de Salud (CCCS) se ha basado en el SCS 2011, y este marco se aplica actualmente en general en los países de la OCDE y en otros.
El SCS 2011 define el gasto en salud de acuerdo con un enfoque triaxial que engloba las dimensiones de financiamiento (HF), servicios (HC) y provisión de salud (HP), establecido en torno a la identidad conceptual de que los bienes y servicios de salud que se consumen deben estar tanto provistos como financiados. El marco reconoce el gasto actual en salud —definido como el consumo final de todos los bienes y servicios de salud por parte de la población— como agregado clave para las comparaciones internacionales de gasto en salud. Ofrece claras directrices sobre los límites de la atención de la salud de las tres dimensiones (HF, HC y HP2 y propone aplicaciones para la realización de análisis adicionales más allá del marco básico (Gráfico 1.1).
Dentro del marco principal, la dimensión del financiamiento del SCS 2011 se centra en el concepto de “esquemas de financiamiento”, que hace referencia al conjunto de normas sobre la base del cual una persona obtiene acceso a la salud. En el nivel más alto de agregación, se puede distinguir entre esquemas que dependen de la participación obligatorio o automática ―por ejemplo, esquemas en los que el derecho a los servicios de salud se basa en la residencia (como el Servicio Nacional de Salud de Inglaterra) o en los que el acceso se basa en la cobertura del seguro (como el Seguro Social de Salud en Alemania)― y la participación voluntaria (lo que incluye, por ejemplo, los seguros de salud privados voluntarios y los pagos directos). Para obtener una perspectiva más completa de la manera en la que se financia la atención de la salud en los países, el SCS 2011 relaciona estos esquemas de financiamiento con los “agentes de financiamiento” (unidades institucionales que aplican los esquemas de financiamiento) y los “ingresos de los esquemas de financiamiento”, lo que hace referencia a los métodos mediante los que los esquemas de financiamiento generan recursos para comprar servicios de salud. En el marco ampliado, la “interfaz relativa al financiamiento” expande la dimensión de los proveedores de salud para identificar inversiones de capital de los proveedores de salud, los costos de los insumos de los proveedores de salud y las exportaciones de cada categoría de proveedores de salud. Por último, la “interfaz relativa al consumo” puede ampliarse para tener en cuenta las características del paciente, como la edad o el género o para desglosar el gasto en salud por enfermedades y trastornos, ya sea en conjunto o para bienes y servicios de salud seleccionados, como la atención curativa hospitalaria y ambulatoria, la atención a largo plazo y los productos farmacéuticos y otros productos médicos.
Gráfico 1.1. Marco contable básico y ampliado del SCS 2011
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Fuente: OECD/WHO/Eurostat (2011[4]), A System of Health Accounts: 2011 Edition, https://doi.org/10.1787/9789264116016-en.
Si bien el SCS 2011 ofrece un conjunto de instrumentos flexibles para la aplicación de las cuentas de salud en un contexto internacional, algunos países van más allá de las recomendaciones incluidas en el manual, por ejemplo, para ofrecer un mayor detalle sobre el papel desempeñado por los diferentes niveles de gobierno tanto en el financiamiento como en la provisión, o también han desarrollado un marco de cuentas de salud que difiere en cierta medida del SCS 2011 (por ejemplo, al utilizar un límite diferente de la atención de la salud). Normalmente, esto es lo que ocurre en los casos en los que las cuentas nacionales de salud se crearon antes de la publicación del SCS 2011 y en los que los países consideran útil continuar utilizando el marco de CNS específico de su país además de aplicar el SCS 2011 a efectos de comparaciones internacionales. Algunos de los países que actualmente emplean CNS específicas, por ejemplo, Australia, Canadá, Alemania, Francia y los Estados Unidos.
Para que sirva como marco útil para llevar un seguimiento del gasto en salud y para respaldar la toma de decisiones con base empírica, las cuentas de salud deben producirse de forma periódica (idealmente, una vez al año), oportuna y sistemática. Si bien este es el caso de casi todos los países de la OCDE, la forma en la que se han implementado las cuentas de salud desde el punto de vista metodológico y la manera en la que se ha institucionalizado la producción de cuentas de salud en un país difieren mucho, lo que refleja las características particulares de los sistemas de salud y las prioridades específicas de los países, entre otros aspectos. Este informe ofrece el primer análisis detallado sobre el estado de la institucionalización de la producción de cuentas de salud en trece países de la OCDE. La labor se ha visto respaldada por el Ministerio de Salud del Brasil, que actualmente está en proceso de implementar las cuentas nacionales de salud basadas en el SCS 2011 en su país y desea aprender más sobre las prácticas actuales en los países de la OCDE para garantizar que la institucionalización resulta fructífera (Recuadro 1.1). Se espera que las constataciones de este informe también sean de utilidad para otros países que están en proceso de institucionalización de las cuentas de salud o desean revisar o perfeccionar sus enfoques actuales para seguir algunas de las mejores prácticas que se han identificado.
Recuadro 1.1. Una Historia de Cuentas de Salud en Brasil
Copy link to Recuadro 1.1. Una Historia de Cuentas de Salud en BrasilVarias iniciativas importantes en Brasil han generado datos sobre el gasto en salud durante las últimas dos décadas, pero hasta ahora ha faltado una institucionalización sostenida del proceso de producción de cuentas de salud en línea con los estándares internacionales.
Los primeros pasos hacia la implementación de las Cuentas Nacionales de Salud se remontan a 2006. En ese momento, se promulgó una Ordenanza Interministerial para establecer un comité técnico compuesto por el Ministerio de Salud, el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE), la Agencia Nacional de Salud Suplementaria (ANS), la Fundación Oswaldo Cruz (FIOCRUZ) y el Instituto de Investigación Económica Aplicada (IPEA), con el mandato de producir cuentas de salud basadas en el marco SCS.
El primer resultado de esta colaboración fue la publicación, en 2008, de los datos de las Cuentas Satélite de Salud (CSS), que cubrían el período 2000‑2005 (Ministério da Saúde, Fundação Oswaldo Cruz, 2018[5]). Este trabajo fue liderado por el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE) y, de hecho, se remonta al año 2000. La edición más reciente publicada por el IBGE en 2024 abarca el período 2010‑2021 (IBGE, 2024[6]).
En 2018, se publicaron los primeros resultados de las Cuentas Nacionales de Salud basados en la metodología SCS 2011. Estos resultados cubrieron los años 2010‑2014, pero se limitaron al gasto del esquema de financiamiento público más importante, el “Sistema Único de Saúde” (SUS) (Ministério da Saúde, Fundação Oswaldo Cruz, 2018[5]). En este informe, el gasto en salud del SUS se asignó a los servicios de atención médica (HC) y a los proveedores de atención médica (HP), pero faltaba el gasto de todos los demás esquemas de financiamiento, lo que limitaba claramente la aplicabilidad de los primeros resultados de las Cuentas Nacionales de Salud.
Aunque la Ordenanza Interministerial inicial fue revocada en 2019, los investigadores involucrados en este trabajo continuaron su colaboración y en 2022 se publicaron un conjunto más desarrollado de resultados de las Cuentas Nacionales de Salud (Ministério da Saúde, Fundação Oswaldo Cruz, Instituto de Pesquisa Econômica Aplicada, 2022[7]). En esta publicación, se presentaron las estimaciones de gasto en salud de todos los esquemas de financiamiento identificables (incluidos los seguros de salud voluntarios y los pagos de bolsillo) para los años 2015 a 2019. Esta también incluyó un desglose por servicios de atención médica (HC), aunque el desglose por proveedores aún estaba disponible solo para el gasto del SUS. Los datos también fueron enviados a la OCDE, la OMS y Eurostat como parte de la solicitud internacional de datos JHAQ, siendo esta la primera vez que Brasil participó en esta recolección de datos. Los datos preliminares de 2020 y 2021 fueron enviados en los años posteriores.
Desde 2024, ha surgido un renovado interés por parte del Ministerio de Salud de Brasil para institucionalizar por completo la producción de las cuentas nacionales de salud según SCS 2011 y garantizar que se puedan producir datos de gasto en salud de alta calidad anualmente, de acuerdo con los estándares internacionales. Se espera que este trabajo se fundamente en los estudios previos, pero también busque asesoramiento de otras partes interesadas y experiencia internacional de los países de la OCDE.
Fuente: OECD (2025[8]), Institucionalizando las cuentas de salud en Brasil: Una revisión de los métodos, datos y relevancia política, https://doi.org/10.1787/2283177e-es.
El resto del informe se estructura de la siguiente manera. En el capítulo 2 se ofrece una visión general del estado actual de la implementación de las cuentas de salud en los países de la OCDE, se identifican las dimensiones clave que los países pueden presentar en las recopilaciones de datos anuales basadas en el SCS 2011, pero también se resaltan algunas iniciativas de los países que van más allá de los requisitos internacionales para el cálculo de los datos sobre gastos en salud. En el capítulo 3 se presentan los conceptos de institucionalización e implementación de las cuentas de salud antes de comparar y contrastar la práctica actual con respecto a la gobernanza de la producción de estas cuentas, la implementación técnica y las estrategias para difundir los resultados y su uso en trece países de la OCDE. En el capítulo 4 se resumen algunas de las mejores prácticas observadas entre estos países y se resaltan algunos aspectos clave en lo que se refiere a implementación e institucionalización de las cuentas de salud.
Referencias
[6] IBGE (ed.) (2024), Conta-satélite de saúde : Brasil : 2010-2021, https://biblioteca.ibge.gov.br/index.php/biblioteca-catalogo?view=detalhes&id=2102075.
[5] Ministério da Saúde, Fundação Oswaldo Cruz (2018), Contas do SUS na perspectiva da contabilidade internacional: Brasil, 2010-2014, Ministério da Saúde, https://bvsms.saude.gov.br/bvs/publicacoes/contas_SUS_perspectiva_contabilidade_internacional_2010_2014.pdf.
[7] Ministério da Saúde, Fundação Oswaldo Cruz, Instituto de Pesquisa Econômica Aplicada (2022), Contas de saúde na perspectiva da contabilidade internacional : conta SHA para o Brasil, 2015 a 2019, IPEA, https://repositorio.ipea.gov.br/bitstream/11058/11014/4/Contas_de_saude.pdf.
[8] OECD (2025), Institucionalizando las cuentas de salud en Brasil: Una revisión de los métodos, datos y relevancia política, OECD Publishing, Paris, https://doi.org/10.1787/2283177e-es.
[1] OECD (2024), Latest health spending trends: Navigating beyond the recent crises, OECD Publishing, Paris, https://www.oecd.org/en/publications/latest-health-spending-trends_df0bb1ba-en.html.
[2] OECD (2000), A System of Health Accounts, OECD Publishing, Paris, https://doi.org/10.1787/9789264181809-en.
[4] OECD/WHO/Eurostat (2011), A System of Health Accounts: 2011 Edition, OECD Publishing, Paris, https://doi.org/10.1787/9789264116016-en.
[3] World Bank/WHO/USAID (2003), Guide to producing national health accounts with special applications for low-income and middle-income countries, World Health Organization, https://iris.who.int/handle/10665/42711.
Notas
Copy link to Notas← 1. Varios países también han desarrollado cuentas satélite de salud para monitorear el impacto económico del sector salud dentro de un país. Las cuentas satélite de salud generalmente están completamente integradas en el Sistema de Cuentas Nacionales y miden la contribución del sector salud a la economía general en términos de valor agregado, empleo o flujos comerciales.
← 2. Véase el Anexo A sobre las categorías incluidas en la solicitud internacional de datos basada en el SCS 2011 para estas tres dimensiones clave.