México cuenta con un extenso sistema de regulaciones técnicas (NOMs) y sigue un número de buenas prácticas regulatorias (BPR) en su desarrollo. El rango de campos regulatorios cubiertos por el marco de regulaciones técnicas en México va más allá de lo que otros países normalmente abordan a través de este instrumento. A pesar de no ser en sí un problema, esto puede dificultar las comparaciones internacionales y crear confusión entre los actores interesados respecto a conceptos y procesos clave. El sistema mexicano de las NOMs también está fragmentado en diferentes marcos legales y actores. Una cierta falta de principios unificadores, combinada con la amplitud de los temas cubiertos, contribuye a un enfoque inconexo y en ocasiones confuso para utilizar e implementar las NOMs.
Este contexto crea áreas de mejora en la etapa de implementación de las NOMs, en particular en el sistema de evaluación de la conformidad y en las inspecciones regulatorias. Las debilidades específicas varían entre los sectores, en algunos campos, el marco regulatorio no se encuentra completamente instaurado; en otros, la aplicación del marco existente es débil. En general, México presenta el caso de una economía dual donde la mayoría de los esfuerzos de aplicación y cumplimiento de las regulaciones técnicas se canalizan a los sectores de exportación para proporcionar la confianza necesaria a los socios comerciales respecto a la seguridad y la calidad de los productos.
Frente a los retos que se enfrentan en la fase posterior del ciclo de elaboración de reglas, y para reducir la fragmentación, es necesaria una política global y unánime a nivel gubernamental y un enfoque sistémico para la implementación de las regulaciones técnicas. Esto incluye continuar aprovechando el fuerte uso de buenas prácticas regulatorias ex ante para incorporar una consideración más sistemática de la implementación y el cumplimiento de las regulaciones técnicas y anticipar las condiciones y los recursos necesarios para su aplicación apropiada. Asimismo, existen áreas de mejora sistémica en el uso de inspecciones regulatorias para promover el cumplimiento de las regulaciones técnicas. Existe la necesidad de realizar un cambio hacia una política de implementación más estratégica y coordinada a partir de un enfoque a base de riesgos y de la recopilación activa de datos para informar los procesos de evaluación de conformidad e inspecciones regulatorias.
Las iniciativas legislativas recientes y en curso para reformar el sistema de regulaciones técnicas y las inspecciones regulatorias1 pueden marcar un punto de inflexión en la sensibilización de los responsables de la formulación de políticas públicas respecto a los problemas en juego y proporcionar una oportunidad importante para que México haga la transición de un enfoque principalmente reactivo, enfocado en enmendar las brechas más evidentes, a una política proactiva de implementación. Sin embargo, para generar un impacto sustancial, estas importantes reformas deben perseguirse junto con medidas de acompañamiento apropiadas, incluyendo aclarar las funciones y las responsabilidades, una mayor coordinación, guías y la capacitación de las autoridades relevantes. El fortalecimiento de la implementación de las regulaciones técnicas en México requerirá un cambio en la cultura del cumplimiento de todos los jugadores involucrados.
Este estudio proporciona una descripción general de cómo se organizan los aspectos claves de la implementación de las regulaciones técnicas en México y destaca los retos que se enfrentan. En base en esta evaluación, el estudio propone las vías para posibles soluciones y proporciona los elementos claves de una política global y unánime a nivel gubernamental y los aspectos fundamentales de un enfoque sistémico para la implementación de las regulaciones técnicas. Se funda en trabajos anteriores que identifican áreas de mejora, como el Estudio sobre Cooperación Regulatoria Internacional en México (OECD, 2018[1]) y el Informe sobre Normalización y Competencia en México (OECD, 2018[2]).