Presentación del Estudio sobre el Sistema Mexicano de Salud 2016
Palabras de Angel Gurría,
Secretario General, OCDE
6 de enero de 2016
Ciudad de México, México
(As prepared for delivery)
Secretaria Juan, Señor Director General del IMSS, Señor Director General del ISSSTE, Señoras y Señores:
Es un placer presentar el Segundo Estudio de la OCDE sobre el Sistema Mexicano de Salud. Este es un tema fundamental para nuestro país, que influye directamente en el bienestar y longevidad de los mexicanos. Quisiera agradecer a la Secretaria de Salud y a los Directores Generales del IMSS e ISSSTE por su compromiso para llevar a cabo este estudio, el cual pretende contribuir a sentar las bases para un sistema de salud mejor coordinado a nivel nacional.
México ha logrado avances significativos en la última década
Hace una década publicamos el primer Estudio OCDE del Sistema Mexicano de Salud. Desde entonces mucho ha cambiado, para bien. En sólo 10 años, el Seguro Popular extendió la cobertura de los servicios de salud a más de 50 millones de personas que antes estaban desprotegidas. Durante este período, los casos reportados de costos de salud que amenazaban con empobrecer a los pacientes cayeron de 3.3% de la población a 0.8%, mientras que los índices de mortalidad infantil y muertes por infartos o derrame cerebral también disminuyeron. Los usuarios de los servicios de salud reportan hoy una tasa de satisfacción del 97%.
También ha habido avances importantes en materia de coordinación y eficiencia. El acuerdo entre diversas instituciones de salud para llevar a cabo compras consolidadas de medicinas ha permitido un ahorro acumulado de 8 mil 350 millones de pesos en 2014 y 2015. Además se ha convertido en un modelo de mejores prácticas para otras economías OCDE que enfrentan desafíos similares para financiar sus sistemas de salud.
A esto se suman los esfuerzos por mejorar los niveles de salud de los mexicanos, mediante el cobro de impuestos a las bebidas saborizadas con azúcar y a los alimentos con alta densidad calórica, un etiquetado más detallado sobre el contenido nutricional de los alimentos y bebidas, y una mejor regulación de la publicidad alimenticia dirigida a los niños. Se trata de medidas valientes que enfrentan inercias muy arraigadas, así como poderosos intereses empresariales y que han generado gran interés entre los países OCDE.
A pesar de los avances, existen todavía importantes desafíos en materia de salud
A pesar de estos avances, los servicios de salud en México enfrentan todavía una serie de desafíos importantes.
En primer lugar, el acceso a los servicios de salud tiene mucho que mejorar. México tiene 2.2 doctores por cada 1000 habitantes, por debajo del promedio OCDE de 3.3, y sólo una tercera parte del número de enfermeras por cada 1000 habitantes que el promedio de la OCDE.
Asimismo, los pagos directos por servicios de salud, es decir los que salen de los bolsillos de las personas, siguen siendo muy altos en México con relación al promedio OCDE, lo cual refleja las dificultades para lograr un sistema de protección efectivo y con servicios de buena calidad.
Otro desafío fundamental radica en que el Sistema Mexicano de Salud funciona como un grupo de subsistemas que operan de manera desconectada. Cada uno ofrece un nivel distinto de cobertura y precios, con resultados que también son muy desiguales. Asimismo, las personas no pueden elegir el tipo de seguro ni el proveedor de servicios, ya que éstos son predeterminados por su empleo, público, privado, formal, informal o inexistente.
Cada año, alrededor de una tercera parte de los afiliados al IMSS y al ISSSTE se ven obligados a cambiar de proveedor, de institución y de doctor, sencillamente porque su empleo cambió. Esta situación afecta la continuidad del cuidado médico, que es especialmente importante para personas con enfermedades crónicas como diabetes. También genera un desperdicio de recursos, ya que el mismo individuo debe recurrir a múltiples sistemas a lo largo de su vida, o incluso durante un solo proceso de tratamiento. En pocas palabras, con la estructura actual el sistema mexicano no logra una buena relación calidad/precio.
México debe también construir un sistema de salud pública más equitativo, eficiente y sostenible. Los desafíos pendientes deben abordarse con reformas de gran alcance, como las que México ha impulsado en otros ámbitos.
La OCDE ha identificado tres elementos prioritarios
La OCDE considera que la reforma del sistema mexicano de salud debe enfocarse en tres cuestiones prioritarias.
En primer lugar, deben expandirse los convenios para permitir el intercambio de servicios entre el IMSS, el ISSSTE y el Seguro Popular, a fin de que los afiliados puedan pasar fácilmente de un sistema a otro.
Es necesario consolidar un sistema en el que todos los mexicanos, independientemente de donde vivan o del tipo de trabajo que tengan, puedan acceder al mismo nivel de servicio, sin tener que preocuparse de que ello represente una carga financiera mayor para los hogares.
Las autoridades mexicanas deben seguir avanzando hacia un sistema de salud unificado y financiado de manera justa y sustentable. Para ello será necesario que los convenios se extiendan de manera prioritaria a enfermedades costosas, al cuidado de maternidad y a procedimientos de cirugía electiva.
Pero enfocarse exclusivamente en la atención médica no es suficiente. Los convenios también deben enfocarse en los retos de salud pública más urgentes, como son la obesidad, la diabetes y otras enfermedades de larga duración. La experiencia de otros países de la OCDE para diseñar paquetes de tratamiento de la diabetes, por ejemplo, están a su disposición y pueden adaptarse al contexto mexicano.
En segundo lugar, debe ponerse más énfasis en mejorar la calidad y resultados de los servicios de salud.
Para ello será indispensable construir sistemas de información que permitan monitorear la calidad del servicio e impulsar mejoras a lo largo de todo el sistema. Generar y publicar más reportes sobre la calidad de los diversos hospitales y clínicas dará a los beneficiarios la información e incentivos necesarios para escoger entre un proveedor y otro. Compartir las buenas prácticas para mejorar el desempeño, también permitirá mejorar la calidad del servicio.
México debe fomentar que las aseguradoras, los doctores y los pacientes identifiquen y premien la excelencia en el sistema y, de esa manera, contribuyan a desarrollar incentivos para mejorar la calidad y enfrentar el mal desempeño.
En tercer lugar, es necesario alinear los distintos ámbitos de atención y el servicio médicos. Por ejemplo, el cuidado de los pacientes, los precios, los sistemas de información y las prácticas administrativas a través de todos los subsistemas.
Un mejor sistema preventivo podría impulsar acciones sostenidas y coordinadas entre el Seguro Popular y las instituciones de seguridad social, en particular cuando las personas cambian constantemente de esquemas y pasan del sector formal al informal y viceversa. Por ejemplo, los estudios de la OCDE muestran que la asesoría individual a pacientes con alto riesgo de diabetes permite que una de cada ocho personas logre “un año más de vida con buena salud”, lo cual tiene un costo aproximado de 50 pesos por persona.
Nuestro estudio recomienda a México establecer una Comisión que incorpore al Seguro Popular con los demás proveedores de servicios de salud y asegure las acciones necesarias para consolidar un sistema unificado en sus distintos componentes. La Comisión podría también impulsar medidas que igualen de forma gradual los beneficios ofrecidos por cada institución proveedora de servicios de salud y, con ello, preparar el camino hacia un sistema de salud más justo y eficiente.
Estas son algunas de las principales recomendaciones del estudio. Los invito a leerlo con cuidado, a enfocarse en los desafíos pero también en las recomendaciones constructivas. Este ha sido un esfuerzo que hemos hecho con el apoyo de las instituciones de salud mexicanas.
Señoras y Señores,
Muchas gracias por permitir que la OCDE participe en esta importante y necesaria reforma del Sistema Mexicano de Salud. Cuenten con nosotros para seguir construyendo un sistema más sólido y justo, que permita a los mexicanos obtener un servicio de calidad a un costo razonable y asequible.
El debate en curso sobre las reformas a la Ley General de Salud constituye una oportunidad clave para impulsar un cambio histórico, que permita lograr un México más saludable, más incluyente y más sustentable.
¡Muchas gracias!
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