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Competition

La competencia: la regla del juego

 

Angel Gurría, Secretario General de la OCDE
Presentación del Paquete de Evaluación de Competencia (Competition Assessment Toolkit)
14 junio 2007, Mexico DF

Estimados Legisladores, Señoras y Señores:

Agradezco esta oportunidad para hablarles sobre la competencia; la regla suprema del juego en una economía de mercado, principal nutriente de la competitividad empresarial y clave para el progreso de México.

México ha realizado importantes avances en los últimos quince años para ampliar la competencia en su economía. Sin embargo, difícilmente podemos hablar de una misión cumplida. Hay sectores estratégicos que aún se encuentran aislados de un ambiente de competencia y en dónde prevalecen restricciones innecesarias tanto en el ámbito institucional como en el regulatorio.

Los beneficios de la competencia

El aumento de la competencia puede disparar el crecimiento y la productividad de un país. Por el contrario, las restricciones a la competencia dañan el desempeño económico y posponen el desarrollo. 

A pesar de la convicción de un gobierno por reducir las restricciones a la competencia, no siempre se les puede identificar porque la mayor parte no son intencionales. Sin embargo, intencionales o no, los límites a la competencia pueden tener un impacto significativo en el crecimiento económico.

Existe suficiente evidencia empírica que prueba que la eliminación de dichas restricciones puede producir beneficios substanciales. Hace 20 años, por ejemplo, los Estados Unidos dejaron de regular las rutas aéreas, aplicando una política más pro-competencia. A raíz de dicho cambio, las tarifas aéreas resultaron entre 10 y 18% más bajas, en promedio, que durante el régimen regulatorio anterior, mientras que se estima que los  ahorros anuales de los viajeros se ubicaron entre los 5,000 y los 10,000 millones de dólares.  

El análisis económico de la OCDE demuestra claramente que la reducción de la regulación de los mercados de productos promueve el crecimiento de la productividad, las inversiones, el empleo y la innovación. Gran parte del éxito económico reciente de Suecia, por ejemplo, se debe a la aplicación de su reforma regulatoria en los años noventa: desde 1998, tras superar una fuerte crisis a principios de la década, el crecimiento del PIB sueco ha sobrepasado al de la Zona Euro, al igual que el promedio Nórdico prácticamente en todos los años; mientras que el volumen producido por hora trabajada registró un crecimiento promedio anual cercano al 6% entre 1999 y 2003.

En estos días, la prestigiada Global Competition Review, ubicó a la Comisión Europea, a la Comisión de Competencia de Gran Bretaña y a la Comisión Federal de Comercio de Estados Unidos a la cabeza del ranking mundial de agencias de competencia. No es casualidad que estos países sean las principales fuentes de la investigación y desarrollo (I&D) del mundo. 

Hacia nuevas políticas pro-competencia

Existen diversas opciones de políticas públicas para alcanzar un objetivo determinado de gobierno. Al decidir una política adecuada es importante evaluar los efectos sobre distintos ámbitos, incluyendo la competencia, pues las regulaciones pueden afectarla.

Los gobiernos pueden y deben producir leyes y regulaciones pro-competencia. Esencialmente, identificando aquellas reglas que restringen la competencia y encontrando formas de lograr el mismo objetivo de política, pero en una manera que no entorpezca la competencia.

La experiencia de Australia es muy elocuente. En 1995, el Gobierno de Australia lanzó un extenso programa de reformas integrales pro-competencia a nivel nacional y estatal. Con base en una política fiscal y monetaria prudente, el Gobierno identificó 1,800 leyes que podrían estar afectando la competencia en diversos sectores, mismas que serían evaluadas y enmendadas o eliminadas. 

En pocos años, Australia mejoró notablemente su desempeño económico, convirtiéndose en una de las economías líderes de la OCDE: con una tasa de crecimiento promedio superior al 3% desde el cambio de Milenio y las tasas de desempleo más bajas desde los años setenta. La OCDE ha apoyado decididamente y sigue apoyando el esfuerzo de Australia por mejorar su competencia.

El Paquete de Evaluación de Competencia de la OCDE

En la OCDE, por lo menos 23 países reportan que toman en cuenta a la competencia o a las fuerzas del  mercado en su proceso de formulación de sus legislaciones.  Sin embargo, la mayoría no tiene un marco de evaluación con el que puedan trabajar sistemáticamente para medir sus efectos sobre la competencia. La OCDE ha producido ese marco para evaluar el impacto de las leyes y reglamentos sobre la competencia.

El marco está plasmado en lo que llamamos el Paquete de Evaluación de Competencia (Competition Assessment Toolkit). Este instrumento plantea los principios generales para potenciar la competencia en sectores regulados. Estos principios son sucifientemente simples y flexibles para ser incorporados a las actividades gubernamentales en diversos sectores y países.

El llamado Toolkit ofrece una metodología específica para esta evaluación, incluyendo regulaciones, reglamentos y leyes para: 1) identificar aquellas leyes y reglamentos que pueden inhibir innecesariamente la competencia; y 2) modificarlas para que sigan logrando los objetivos de gobierno, pero sin inhibir dicha  competencia.

La evaluación funciona en dos fases. Durante la primera fase, se aplica un simple control (checklist) de las políticas analizadas. Este monitoreo puede realizarse bastante rápido. Si esta primera revisión sugiere que una política determinada tiene el potencial de restringir innecesariamente la competencia, entonces se procede al siguiente paso: una evaluación completa de sus efectos en la competencia. Esta evaluación debe producir sugerencias de políticas alternativas para brindar los mismos objetivos de gobierno sin alterar la competencia.

Un número creciente de países ─como Australia, Canadá, Hungría, Portugal, Reino Unido, al República de Corea y Turquía─, está utilizando nuestro proceso de evaluación, incorporando el checklist de la primera fase en sus su proceso de formulación de políticas públicas. 

El caso de México

La consolidación de la competencia es uno de los grandes desafíos de México. A pesar de los avances realizados en varios frentes, como la adopción en 1993 de la Ley Federal de Competencia Económica (LFCE) y la creación de la Comisión Federal de Competencia (CFC), a la cual felicito por sus logros recientes en la lucha contra monopolios y duopolios, el entorno de la competencia aún enfrenta importantes retos.

México es uno de los países de la OCDE en donde el grado de apoyo general a la política de competencia sigue siendo una interrogante. Nuestros estudios revelan que hay áreas en principio abiertas a la competencia, pero en las que la aplicación de la ley es deficiente, por lo que en la práctica no hay competencia efectiva.

Las deficiencias estatutarias de autoridad y de los procesos judiciales de revisión, limitan la capacidad de la CFC para mejorar las condiciones de competencia con eficacia. 

México debe reducir los obstáculos de entrada y fortalecer la competencia en campos cruciales como la electricidad, la extracción de petróleo y gas, las telecomunicaciones y los medios de comunicación. La falta de competencia en cada uno de estos sectores estratégicos es como un “ancla” gigante que detiene el desarrollo económico y social de México.

Fortalecer la competencia es indispensable para aumentar la productividad, la innovación y la competitividad de la economía mexicana. Cabe recordar que México se ubica entre los tres países con niveles más bajos de productividad de la OCDE; mientras que el gasto en investigación y desarrollo de Mexico como porcentaje del PIB es de 0.43% comparado con el promedio de la OCDE de 2.26%.  

La aplicación del Paquete de Evaluación de Competencia de la OCDE podría, no sólo poner en evidencia las implicaciones nocivas de la falta de competencia en los grandes sectores estratégicos, sino ayudar a identificar una serie de “nudos” de competencia y restricciones innecesarias distribuidos a lo largo del conjunto de políticas y regulaciones económicas mexicanas. 

Esta metodología puede ser de gran utilidad para el mejoramiento de la formulación de políticas públicas tanto en el ejecutivo como en el legislativo. Celebramos la determinación del Gobierno del Presidente Calderón por enfrentar este desafío, suscribiendo y aplicando por primera vez este valioso instrumento.

Señoras y señores:

Los gobiernos en diferentes partes del mundo están utilizando  la competencia para mejorar el desempeño de sus economías. Los países que han seguido este camino con mayor convicción y compromiso han rebasado en productividad y competitividad a aquellos países que siguen manteniendo las viejas formas de hacer negocios, sobre todo aquellas basadas en el privilegio y los campeones nacionales protegidos. 

El Paquete para la Evaluación de la Competencia puede ser un instrumento de enorme utilidad para construir un México más productivo, competitivo y próspero. La OCDE está lista para trabajar con México en la óptima aplicación de este instrumento. Estoy seguro que nuestro esfuerzo conjunto para el fortalecimiento de la competencia económica de México redundará pronto en más y mejores inversiones y empleos, ingredientes fundamentales para el progreso equitativo de este maravilloso país.

Muchas gracias.

 

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