Red Parlamentaria Global de la OCDE: La OCDE en América Latina

 

Palabras de Angel Gurría, Secretario General de la OCDE - Red Parlamentaria Global de la OCDE


23 de junio de 2014, Ciudad de México
(As prepared for delivery)

Señores Legisladores, Señoras y Señores:

Me da mucho gusto participar en esta Reunión de la Red Parlamentaria Global de la OCDE. Me da más gusto aún que este evento tenga lugar en nuestro querido México. Quiero agradecer a la Cámara de Diputados y a la Cámara de Senadores por recibirnos tan generosamente en este recinto de San Lázaro.


Es muy satisfactorio ver cómo esta Red sigue creciendo y fortaleciéndose. Nuestro objetivo siempre ha sido construir un espacio para compartir las mejores prácticas y las experiencias de la OCDE, pero también fomentar el diálogo y el intercambio de políticas públicas entre parlamentarios de distintos países. Por eso me da especial alegría dar la bienvenida a la Red a parlamentarios de países como Argentina, Colombia y Sri Lanka, que participan por primera vez y se unen a viejos y nuevos amigos de Chile, España, Japón,  Suecia.


Esta tercera reunión “itinerante” de la Red Parlamentaria (después de las reuniones en Chile y Suecia) es parte de un esfuerzo que hemos venido realizando por acercar a la OCDE a los legisladores, a sus preocupaciones, a sus experiencias y conocimientos. Nuestra misión es ayudar a los gobiernos a diseñar mejores políticas para una vida mejor, y la perspectiva del legislador es imprescindible para lograr ese objetivo.


Para abrir esta serie de reuniones hemos decidido enfocarnos en América Latina, una región interesante, efervescente y prometedora. Permítanme compartir las perspectivas de la OCDE sobre esta región y contarles brevemente cómo estamos colaborando con estos países.

 

Situación macroeconómica: un entorno menos favorable

Comencemos con el panorama económico de la región. Después de una de las fases de expansión económica más importantes de su historia, marcada por una tasa de crecimiento promedio anual de 5% entre 2003 y 2008, una resistencia notable a la crisis financiera mundial en muchos de estos países y avances considerables en la reducción de la pobreza extrema, América Latina está regresando a una fase de crecimiento más moderado. En 2014, se espera que América Latina crezca a tasas en el entorno del 2-2.5%.


Y es que esa expansión económica, que llevó a algunos a hablar de la “década de América Latina”, estuvo impulsada principalmente por factores exógenos, como el incremento en los precios de la materias primas, el aumento sostenido de la demanda china, y el mejor comportamiento de la economía estadounidense. Si bien este crecimiento también se benefició de la aplicación de “mejores políticas” macroeconómicas y financieras, que le permitieron enfrentar la crisis con relativa fortaleza, los países de la región no han logrado consolidar su capacidad de crecimiento “desde dentro”. Y esta ha sido su gran vulnerabilidad.


El nuevo contexto global ya no es tan favorable para la región. La perspectiva de una fase de crecimiento moderado en las economías avanzadas (la OCDE crecerá a 2.2 y 2.8% en 2014 y 2015), la desaceleración de las economías emergentes, la gradual retirada de los estímulos monetarios en Estados Unidos, y la moderación de los precios de algunas materias primas, obligan a América Latina a voltear hacia adentro para construir las bases de un crecimiento sostenido, más incluyente y más “verde”.


En adelante, el desempeño de las economías latinoamericanas dependerá de la capacidad de sus gobiernos y sus legisladores para diseñar e implementar reformas estructurales que permitan: 1) aumentar la productividad; 2) mejorar la competitividad; y 3) eliminar las enormes desigualdades que tanto afectan a la región.


Las reformas que América Latina necesita

¿Cuáles son esas reformas? Si bien las necesidades y prioridades específicas varían según cada país, las economías latinoamericanas enfrentan varios retos comunes.


En primer lugar, resulta indispensable impulsar reformas que reduzcan la brecha de productividad laboral entre muchos países de la región y los países desarrollados. Esto requiere una agenda amplia que va desde fortalecer el capital humano mediante reformas educativas ambiciosas y programas de habilidades y destrezas, hasta medidas para facilitar la formalidad y movilidad laboral, mejorar la regulación y promover la competencia.


La reforma fiscal es otro reto compartido en la región. En general, América Latina ha incrementado su capacidad de recaudación, de un 13.6% del PIB en 1990 a un 20.7% actual. Sin embargo, esta cifra sigue siendo insuficiente en muchos países para mejorar los servicios públicos. En otros, generalmente en el Cono sur, el reto es mejorar la calidad del gasto público. El gran desafío en todos los países de la región sigue siendo transformar el sistema fiscal en un instrumento eficaz de crecimiento incluyente.


Los países de la región también requieren de reformas profundas para la promoción del crecimiento verde, la innovación, la igualdad de género, el apoyo a las PYMES, la mejora regulatoria, las compras públicas, la simplificación administrativa, el combate a la corrupción y el mejoramiento de los sistemas de impartición de justicia.


El paquete de reformas que México ha impulsado y aprobado en los últimos dos años es uno de los ejemplos más claros y más impresionantes, no sólo en América Latina, o en la OCDE, sino en el mundo. Quiero felicitar al Presidente Peña Nieto, a su gabinete y a los legisladores mexicanos por este gran esfuerzo. Seguro que tienen mucho que compartir con los legisladores de otros países que hoy nos visitan.


Espero que en sus intercambios hagan hincapié en dos factores cruciales: Primero, la técnica, o mejor dicho el “arte”, para la generación de consensos que se puede aprender del Pacto por México; y segundo, los múltiples retos que enfrentan tanto la aprobación de las leyes secundarias como la implementación de las reformas.


La OCDE ha apoyado a México en el diseño, promoción y ahora implementación de muchas de estas reformas. Y también lo estamos haciendo con otros países de América Latina. De hecho nuestra colaboración con la región ha venido creciendo de manera sostenida y acelerada en los últimos años y la presencia de estos países en la OCDE es tan amplia como dinámica.


Mexico y Chile son países miembros, Colombia  se encuentra actualmente en proceso de adhesión, Costa Rica trabaja con miras a iniciar su proceso de adhesión en 2015 y Perú será motivo de un “Programa País”. Brasil es uno de los “socios clave” con los que colaboramos regularmente, y las perspectivas de Argentina, Panamá o República Dominicana también están presentes en nuestro trabajo cotidiano a través del Centro de Desarrollo.


Desde 2009, desarrollamos la Iniciativa de la OCDE para América Latina, con el apoyo de Chile, México y España, la cual nos ha permitido profundizar nuestro trabajo con la región en materia de inversión, fiscalidad, innovación y provisión de servicios. Contamos también con otras redes de trabajo como el Foro de Competencia para América Latina, en colaboración con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), la Red Latinoamericana sobre el Gobierno Corporativo de las Empresas Estatales, el Programa de Anti-Corrupción para América Latina y la Red de Oficiales Latinoamericanos de Alto Nivel en Materia Presupuestal.


Asimismo, nos hemos involucrado en el trabajo de grupos de cooperación e integración regional como la Alianza del Pacífico, que celebró su cumbre hace un par de días y que nos dejó muchas tareas, así como el Foro Internacional de América Latina y el Caribe, que organizamos cada año junto con el Ministerio de Finanzas de Francia y el BID.


Anualmente participamos en la Cumbre Iberoamericana y presentamos nuestra publicación Perspectivas Económicas de América Latina, que lleva a cabo nuestro Centro de Desarrollo en colaboración con la CEPAL y con la Corporación Andina de Fomento. Como ven ustedes, la vinculación entre América Latina y la OCDE es hoy más fuerte que nunca.

 

Señoras y señores legisladores:

Este seminario nos permitirá profundizar en la comprensión de cómo los países latinoamericanos y de otras regiones están haciendo frente a un contexto externo volátil, desde la implementación de reformas estructurales, hasta el papel de la educación financiera, el comercio de servicios o la evaluación legislativa.


En un mundo cada vez más interconectado, los desafíos comunes requieren soluciones colectivas. Una cooperación más estratégica y más profunda ayudará a inspirarnos y a aprender unos de otros, allanando el camino para alcanzar economías más sostenibles, incluyentes y flexibles.


Estamos listos para trabajar con ustedes en el desarrollo de "Mejores Políticas para Una Vida Mejor". Cuenten con la OCDE: siéntanse cómodos con la OCDE. Nuestra aspiración es trabajar con ustedes y para ustedes. Les deseo discusiones muy fructíferas y espero sus conclusiones.


Gracias.

 

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