Presentación del estudio: “La Pesada Carga de la Obesidad: La Economía de la Prevención”

 

Palabras de Ángel Gurría 

Secretario-General, OCDE

Ciudad de México, México - 8 de Enero, 2020

(Preparado para su distribución)

 

 


Secretaria Márquez, Secretario Alcocer, Embajadora Galván, Señoras y Señores:


Gracias por acompañarnos en esta presentación del estudio de la OCDE “La Pesada Carga de la Obesidad: La Economía de la Prevención”. Este es uno de los desafíos de políticas públicas que más nos preocupa, porque tiene serias implicaciones para la salud y la calidad de vida de nuestros pueblos, pero también para el desempeño y la fortaleza de nuestras economías.


Este es uno de los principales retos en materia de salud que enfrenta México. Tiene también importantes efectos sobre el desempeño económico de nuestro país. La incidencia de sobrepeso y obesidad entre la población mexicana ha alcanzado niveles alarmantes. Nos urge mejorar y fortalecer nuestras políticas, nuestra legislación, nuestros códigos y nuestros reglamentos para combatir este fenómeno. Por ello le agradezco mucho a la Secretaría de Economía el haber propuesto a la OCDE que presentara este estudio en México.

 

Combatir la obesidad: una prioridad para la OCDE

En el año 2010, la OCDE presentó su primer gran informe sobre la obesidad. Lo sacamos con uno de los mejores títulos que hemos imaginado: “Fit not Fat” (algo así como “Fuerte No Gordo” o “En Forma, No Gordo”). Ese primer informe sonó la alarma en todos nuestros países miembros y asociados, inclusive a nivel global. El mensaje de alerta fue claro: las consecuencias de la obesidad para la salud son enormes. De hecho, es uno de los principales factores de riesgo de numerosas enfermedades crónicas, como la diabetes, las enfermedades cardiovasculares, el cáncer y la demencia. Por ello, el estudio llamaba a fortalecer nuestras políticas para reducir la creciente incidencia de obesidad.


El impacto de ese primer estudio fue importante. Desde entonces, hemos sido testigos de respuestas tanto a nivel nacional como a escala mundial. Desde la ambiciosa campaña de Michelle Obama “Let’s Move” para reducir la tasa de obesidad infantil en los Estados Unidos en un 5% para el 2030, hasta la decisión de la Presidencia Argentina del G20 de abordar este importante tema en la cumbre del G20 en 2018.


A pesar de estos y otros esfuerzos, un número cada vez más alto de personas en los países de la OCDE sufren de sobrepeso, y esto está reduciendo el PIB de los países OCDE en un promedio de 3.3%. En la actualidad, alrededor del 60 % de la población adulta en los países de la OCDE sufre de sobrepeso. De hecho, en 34 de los 36 países de la OCDE más de la mitad de la población tiene sobrepeso y una de cada cuatro personas es obesa. Y lo más grave, el estudio estima que durante las próximas tres décadas el sobrepeso causará cerca de 92 millones de muertes en los países de la OCDE. Son cifras alarmantes.

 

El caso de México: uno de los más preocupantes

El caso de México es de los más preocupantes. Cerca del 73% de la población mexicana padece de sobrepeso (en comparación con una quinta parte de la población en 1996). México tiene una de las tasas más altas de obesidad de la OCDE. Además, 34% de las personas obesas sufren obesidad mórbida – el mayor grado de obesidad. De acuerdo con nuestras proyecciones, las enfermedades relacionadas con el sobrepeso reducirán la esperanza de vida en México en más de 4 años durante los próximos 30 años. Se trata de la mayor reducción proyectada entre los países de la OCDE. Pero lo más trágico es el crecimiento de la obesidad infantil, la cual se ha duplicado de 7.5 % en 1996, a 15 % en 2016.


Los altos niveles de sobrepeso y obesidad también afectan el desempeño económico de México. Nuestro análisis estima que el sobrepeso y las enfermedades relacionadas: 1) reducirán la fuerza laboral mexicana en el equivalente a 2.4 millones de trabajadores de tiempo completo por año, ya que las personas con sobrepeso y enfermedades relacionadas tienen menos probabilidades de estar empleadas y, en caso de estarlo, tienden a ser menos productivas; 2) supondrán cerca del 8.9 % del gasto en salud por año durante el período 2020 a 2050; y 3) le restará al PIB mexicano 5.3 puntos porcentuales, un porcentaje muy superior al promedio de la OCDE del 3.3 %, una cifra que ya de por sí es demasiado alta. De hecho, México es el país de la OCDE en donde el sobrepeso, la obesidad y sus enfermedades derivadas tendrán el impacto más grande en el PIB entre 2020 y 2050.

 

Es hora de redoblar esfuerzos

México ha tomado medidas importantes para hacer frente a este enorme reto. Ha introducido impuestos sobre las bebidas azucaradas y los alimentos no esenciales con alto contenido calórico, y es uno de los cuatro países de la OCDE que han introducido el etiquetado de alimentos obligatorio en la parte frontal de los envases. Estas políticas son alentadoras.


Sin embargo, la magnitud del desafío requiere intensificar los esfuerzos. La implementación de un paquete integral de políticas de salud pública – que incluya el etiquetado de los menús, la prescripción médica de actividad física y programas de bienestar en el centro de trabajo – podría ayudar a combatir las crecientes tasas de obesidad y ahorrar cientos de millones de pesos al año en costos de salud. Las políticas de prevención también representan una excelente inversión. Por cada peso que México invierte en la prevención de la obesidad, se podría lograr un retorno de hasta 6 pesos en el PIB.


La reformulación de productos alimenticios también podría fomentar estilos de vida más saludables a la vez que introducir un cambio gradual hacia dietas más saludables. En México, una reducción calórica de 20% en los alimentos con alto contenido en azúcar, sal, calorías y grasas saturadas podría prevenir 1.4 millones de enfermedades no transmisibles de aquí al año 2050, ahorrar 1.9 mil millones de pesos al año en costos en salud, y aumentar el empleo y la productividad en el equivalente a 71 000 trabajadores de tiempo completo por año.


El estudio hace otras recomendaciones como: introducir nuevos impuestos para los productos de alto contenido energético o de nutrientes específicos, como las grasas saturadas; subsidiar alimentos sanos, como las frutas y las verduras; y promover cambios en el producto, precio, envases, y estrategias de marketing de la industria alimenticia de acuerdo a mejores prácticas. Estas medidas podrían generar ingresos adicionales para el gobierno, así como incentivar a los fabricantes y comercializadores de productos alimenticios a reducir o eliminar ciertos ingredientes con el fin de reducir y prevenir las tasas de obesidad.


Finalmente, México debe adoptar medidas de monitoreo y evaluación de las políticas, a fin de garantizar su eficaz diseño e implementación para lograr el máximo impacto.

 

Señoras y Señores:

Reducir el sobrepeso y la obesidad es uno de los desafíos más grandes de México. Los datos son verdaderamente alarmantes. Es fundamental fortalecer la legislación, las políticas, los reglamentos, los programas de concientización alimenticia y la promoción del deporte, con base en las mejores prácticas internacionales. Esperamos que este estudio, que ya estamos traduciendo al español, sea de utilidad.


Los invito a trabajar juntos para combatir esta epidemia e implantar mejores políticas para una vida mejor y más sana para todos los mexicanos. ¡Cuenten con la OCDE!


Muchas gracias.

 

 

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